Antes de la cirugía de párpados
Los pacientes que acuden a nuestra clínica de cirugía estética en Santiago, presentan necesidades, exigencias y características muy diferentes y diversas, así como también suelen consultarnos el precio de la blefaroplastia.
Por esta razón, antes de comenzar con una blefaroplastia, nuestro cirujano plástico, el Dr. Vila Moriente, realizará un estudio exhaustivo de las características del paciente y un estudio fotográfico para garantizar el resultado de la operación de párpados caídos.
Dependiendo del objetivo que quiera alcanzar con la blefaroplastia, nuestro cirujano plástico presentará un plan de intervención y actuará y adaptará las técnicas según sus necesidades.
Durante la operación de blefaroplastia
Para realizar una blefaroplastia nuestro cirujano plástico asocia una sedación con una infiltración de anestesia local, cuyos efectos se mantienen durante la hora y media en la que se desarrolla la intervención.
Muchos de los pacientes que se someten a una blefaroplastia en nuestra clínica de cirugía estética aprovechan la intervención para realizarse un lifting facial al mismo tiempo. Si esto es así, la anestesia que debe utilizarse para la operación de párpados y el lifting deben ser general.
Durante esta cirugía estética, la eliminación del exceso de piel que se encuentre en los párpados, de manera que se eliminen los pliegues que puedan existir en esta zona.
Después de la blefaroplastia
Todos los pacientes que se someten a una blefaroplastia en Santiago y Pontevedra deben pasar una noche en la clínica debido al vendaje que se aplica en los ojos. De esta manera, el procedimiento tras una operación de párpados caídos es mantener un vendaje oclusivo durante la noche para, a la semana siguiente, retirar dicho vendaje y dar de alta al paciente.
El paciente no debe sentir temor de los siguientes síntomas durante las primeras horas con los ojos descubiertos: presencia de equimosis y de edema que pueden ser asimétricos, imposibilidad de cerrar completamente los párpados, despegamiento del ángulo externo del ojo que no se adapta sobre el globo ocular, lo que puede producir lagrimeo y alguna dificultad para fijar la vista.